Entonces,
pienso en tu cuerpo
pegado al mío
y el aroma de tu piel
llenando mi espíritu.
Echados en el lecho,
solo durmiendo,
llenos de comprensión
y cariño.
Me arropa tu recuerdo,
se entibia el alma
y una sonrisa clara
me hace un rictus en el rostro.
Y soy feliz,
a pesar del frío,
porque en esa ilusión,
te estoy amando.
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