Y si quizás ayer
también te he amado,
no es una promesa
para toda la vida.
No somos dueños del destino
pero el amor de hoy
es puro, es fresco
como el mismo amanecer
que nos despierta.
Hoy te amo
con toda la fuerza
que me da este día
y con ilusiones renovadas.
Sentirte, estrecharte.
Ponerte al lado del corazón
que palpita con otras ansias,
quizás con los mismos sueños
que no se cansan de acariciarte
y de reflejarse en tus ojos.
Hoy te amo,
distinto que ayer,
porque es ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario