cuando revivo
las caricias y los besos
entre silencios y deseos.
Tendidos y abrazados en el lecho
sin otra ansiedad
mas que en un acto carnal,
se junten las almas.
Y te extraño,
con tu cabello enredado,
los ojos cerrados
y el rictus del placer
que juntos nos damos.
La suavidad de tu piel
estremece mis manos
y que aún, sin tenerte,
te siguen apretando.
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