los prados de mi alma
sintiéndose regados
por la inmensidad de tu cariño.
Surcos de emociones,
de tibieza, de colores;
entre caricias y besos
hacen el jardín del que hablo.
La magia de tu espíritu
incita a la vida nueva
guardando en tus caderas
toda la pasión que llevo.
Somos Eva y Adán en el universo
para engendrar el otro amor
porque el viejo ya se acaba,
creando en el mundo de almas
nuevas ilusiones, nuevas esperanzas.
- Hermoso texto y película, aunque el final es muy triste...
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