dos cuerpos se abrazan
sumidos en el torbellino
de la música cadenciosa.
Sutiles y suaves movimientos
crean la intensidad del clima,
haciendo latir al mismo tiempo
los corazones y sentimientos.
No quieren otro amor
que el que hay entre los cuerpos,
con todas las fantasías y anhelos
que la música fabrica.
Y escapando ya a la disyuntiva,
entregan lo que tienen
en un eterno beso.
El amor y la música son un solo cuerpo
ResponderEliminarQuién diga que el amor no se puede escribir es que no ha entrado a su Blog. Felicitaciones Poeta y gracias por el hermoso privilegio de leerlo.
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