te mostré derecha e izquierda.
Cada paisaje que alegra
y también que entristece.
Vimos la balanza de lo cierto e incierto
buscando nuevas posibilidades.
Observamos juntos escaleras
de las que suben y de las que bajan.
Nunca fui tu bastón
y a veces, quizás tu guía;
porque siempre quise que desarrolles
el poder de decisión.
Y hoy, hecha mujer
y grande como persona,
siento el orgullo de haber gestado
lo mas grande que la vida me dio.
Es el más extraordinario regalo que una hijo puede recibir.
ResponderEliminarFelicidades para ese ser afortunado.
Todos fuimos hijos; pero no todo tuvimos la suerte de ser padres.
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