no como poseción de mi espíritu
sino, como acompañante en la vida.
Si, te quiero,
pues ansío tu mano en la mía
caminando juntos disfrutando atardeceres.
o disfrutando de los árboles
que le dan sombra a nuestro camino.
También te quiero
recostada sobre mi pecho
anticipandote al sueño
y que quizás, sueñes conmigo.
Te quiero con los mohínes
que haces con tu cara
cuando no te alcanzan las palabras
para explicarme lo que no entiendo.
Te quiero cuando abres la puerta del armario
buscando la prenda apropiada
para salir a la calle
diciendo que no tienes lo qué ponerte
mientras arrojas las prendas sobre la cama.
Te quiero con tus silencios
sin entrometerme en tus pensamientos
y pierdes la mirada
en vaya a saberse a qué distancia
y te dejo volar por esas inmensidades.
Si, te quiero
y lo más que de ti quiero
es que compartes conmigo la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario