en danzas de olas con su propia música
mientras el cielo brillante de estrellas
es espectador de tanta belleza.
Hipnotizados mis ojos
no quieren abandonar el paisaje
en la oscura y clara noche
donde el mar se pierde en el horizonte
y la mente abandona los pensamientos.
Siento la libertad de estar solo
apropiándome del universo
con el concierto de las olas
y la playa abandonada de gente.
Me hago parte del infinito.
No soy nada y a la vez soy todo
sin importarme que me salpique el agua
ni tampoco que la Luna se esconda.
Mío es este paisaje
conque el mar se abraza con el cielo
y yo, en estado perplejo,
me dejo inundar por la vida.
Daniel Valdman.
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