que toda mi aventura
fue para hallarte.
Todos los caminos recorridos,
los tropiezos y los abismos
me indicaban el rumbo
para llegar a tus brazos.
Todas las tormentas
y los días soleados
me llevaban hacia ti
y yo sin saberlo.
Pero hoy, recorriendo mi pasado,
me doy cuenta que no fue en vano
y que mi destino, era encontrarte.
Es el cuidado y el cariño con que acomoda las palabras, lo que convierte sus poemas en melodías sagradas... insisto... acaricia el Alma!
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